Sor Filomena María del Patrocinio

 

 

 

 

Trujíllo, solar de conquistadores, posee también fama histórica por sus fundadores. Una ilustre hija de la ciudad es Sor Filomena María del Patrocinio.

En un breve bosquejo intentaremos trazar los rasgos más importantes de su personalidad. Su nombre bautismal fue María de Bustamante Risel Saldaña y Orozco. Nació el 18 de octubre de 1825. Fueron sus progenitores los Marqueses de San Antonio y Condes de Saldaña -don Manuel de Bustamante Saldaña y doña Jacinta Risel Orozco-, pertenecientes a una noble familia trujillana. Huérfana a los tres años, confió su padre la crianza y formación de su pequeña hija a Sor Paula María Risel Orozco y a Sor Ana María, religiosas en el Convento de San Pedro.

Don Cipriano Sánchez Varela, prelado de la diócesis de Plasencia, autorizó el ingreso de la niña Maria de Bustamante en la clausura monacal. Hay que especificar que sucedía esto antes de la exclaustración de las monjas de San Francisco el Real el 30 de abril de 1836, las cuales fueron trasladadas al convento de San Ildefonso de la ciudad de Plasencia, marchando con ellas, en calidad de educanda, la niña María de Bustamante. Allí permaneció quince años, interrumpidos por una breve ausencia motivada por una angustiosa enfermedad.

El día 2 de abril de 1850 vistió en el convento de San Ildefonso el hábito franciscano y comenzó el noviciado en Trujillo por haber regresado la comunidad de San Francisco el Real a esta ciudad el 30 de abril del siguiente año, 1851. Terminó por ingresar en el convento de San Pedro, donde se instalaron las religiosas - Ya que el de la Puerta de Coria había sido bárbaramente arruinado - y allí emitió su profesión de votos religiosos el 11 de mayo del mismo año.

Esta monja trujillana fue durante muchos años Abadesa de la Comunidad Franciscana de San Pedro.

Restauró la disciplina de la vida de observancia y la formación de nuevas religiosas.

Es obligado reflejar, aunque sea brevemente, la obra que llevó a cabo. Restauró la iglesia y toda la fábrica conventual, que se hallaba en deplorable estado. Restauró la disciplina de la vida de observancia y la formación de nuevas religiosas, que incrementaron en número los miembros de la Comunidad, a la que impulsó con sus medidas.

Cuarenta y cinco años llevaba Sor Filomena en San Pedro, cuando movida del espíritu y con los pertinentes permisos canónicos marchó el 17 de enero de 1896 a fundar el convento de Franciscanas de Fuente del Maestre, localidad de la diócesis de Badajoz.

Poco menos de un año hacía que Sor Filomena estaba rigiendo con singular acierto y venerada edificación para todos estas nueva Comunidad cuando guiada por impulsos divinos obtuvo de la Santa Sede autorización para que ella y sus monjas presentes y futuras pasaran de Franciscanas a religiosas Concepcionistas. Solemnemente se realizó el tránsito el 8 de diciembre de 1896.

Durante diecisiete años aproximadamente, el convento de la Concepción de Fuente del Maestre asentó su vida religiosa y observante en las santas y sabias enseñanzas de la Madre Filomena, quien a los 88 años de edad llenos méritos ante Dios y ante los hombres descansó en la paz de los justos tan santamente como había vivido. Era el 22 de noviembre de 1913.

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